domingo, 2 de febrero de 2020

Que la vida es un carnaval y es más bello vivir cantando


Carnavales Patrimonio de la Humanidad

Entre la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad se encuentran abundantes fiestas y celebraciones que conservan las tradiciones más antiguas de todo tipo de culturas alrededor del mundo y el carnaval es uno de ellos . Existen festejos con ciertas peculiaridades que no se ven en otras latitudes, por lo que deben ser protegidas ante el avance de la modernidad, el olvido o poco interés en las tradiciones y el avance de culturas foráneas. En este punto aparece la Unesco que consientiza con ese  nombramiento al mundo, ante el peligro de extinción de manifestaciones culturales que desaparecerán si no hacemos  algo para remediarlo.  
Hay que clarar que el hecho de que un carnaval sea Patrimonio de la Humanidad no quiere decir que sea el mejor del mundo. Por ejemplo el Carnaval de Venecia, el de Mardi Gras en New Orleans, los de Tenerife y Río de Janeiro son los mas espectaculares  y no tienen aún esa distinción

 Esta tradición se festeja normalmente justo antes de que empiece el periodo de la Cuaresma cristiana. El carnaval, cuya fecha exacta de inicio varía cada año siendo normalmente en febrero o principios de marzo, empieza generalmente un jueves y finaliza el martes siguiente, el conocido como ‘Martes de carnaval’ o ‘Mardi gras’, seguido al día siguiente por un último acto, llamado en algunas latitudes el entierro de la sardina.

El entierro de la sardina es una ceremonia con la que se anuncia el fin del Carnaval en diversos puntos de España e Hispanoamérica. Los entierros suelen consistir en un desfile carnavalesco que parodia un cortejo fúnebre y culmina con la quema de alguna figura simbólica, generalmente representando a una sardina. El entierro de la sardina carnavalesco se celebra tradicionalmente el miércoles de Ceniza y en él se entierra simbólicamente al pasado, a lo socialmente establecido, para que puedan renacer con mayor fuerza, para que surja una nueva sociedad transformada.
La celebración del carnaval mezcla diferentes elementos como los disfraces, los desfiles y las fiestas en la calle que presentan ciertas diferencias según el país y la localidad en cuestión.  El carnaval se caracteriza por ser un momento de permisividad, alegría y cierto descontrol. Los carnavales recogen elementos de tradiciones precristianas, como las saturnales, los festejos en honor a Dionisio o Baco, y también incorporan características de algunas fiestas andinas prehispánicas y de origen afroamericano. En general, los antropólogos consideran el carnaval como el heredero de los antiguos ritos de celebración del fin del invierno y la inminente llegada de la primavera, el ocaso de la oscuridad y el regreso de la luz.
De Oruro, en Bolivia, a Recife, en Brasil o a Barranquilla, en Colombia, pasando por El Callao (Venezuela), pero también en Croacia, Bélgica, Austria o Hungría, varias de estas festividades forman parte de la Lista Representativa del patrimonio inmaterial de la humanidad.Hoy te mostramos los mas relevantes:

Schemenlaufen: desfile del carnaval de Imst – Austria Inscrito en 2012  en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Cada cuatro años, la ciudad de Imst celebra la fiesta del carnaval el domingo que precede al tiempo litúrgico cristiano de la Cuaresma. El regocijo principal es el Schemenlaufen, un desfile de bailarines disfrazados y enmascarados. Sus personajes principales son parejas de hombres, en las que uno va ataviado con un traje de cascabeles y el otro lleva esquilones que pueden pesar hasta 35 kg. Ambos ejecutan una singular danza musical compuesta por saltos y reverencias al ritmo de la cual los cascabeles y esquilones suenan con tonos graves y agudos. Son 55 las parejas que desfilan, acompañadas por otros personajes enmascarados que remedan sus pasos de baile pausadamente. Otros personajes mantienen el orden dando palmadas a los espectadores o arrojándoles agua, mientras que una joven desparrama polvos perfumados entre el público. En el desfile también hay deshollinadores enmascarados que trepan por las paredes de las casas para mostrar su bravura, brujas que lanzan gritos a la muchedumbre acompañadas por las melodías disonantes de una banda de música y osos blancos o pardos que muestran su fuerza al público. El carnaval agrupa a toda la población de Imst en torno a un objetivo común: organizar la fiesta de carnaval ateniéndose a una antigua tradición. Los vecinos de Imst, y más concretamente las mujeres, aprenden en la escuela técnicas para confeccionar los trajes utilizados en el desfile carnavalesco, y los herreros de la localidad forjan cascabeles y esquilones. Cualquier habitante de la ciudad puede esculpir máscaras de madera y las técnicas de artesanía tradicionales se suelen transmitir en el seno de las familias o se enseñan en cursos especiales.

 El carnaval de Aalst - Bélgica Inscrito en 2010  en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
El carnaval de Aalst se celebra todos los años durante tres días, a partir del Domingo de Cuaresma cristiano. Con su celebración culmina el año de preparativos efectuados por los vecinos de esta ciudad, situada al norte de Bélgica, en la región de Flandes Oriental. Las festividades, jubilosas y satíricas a la vez, se señalan por los siguientes eventos: la proclamación simbólica del Príncipe Carnaval como alcalde de la ciudad, que recibe las llaves de ésta durante una ceremonia en la que se ridiculiza a los políticos del municipio; el desfile de gigantes y de Bayardo, el caballo legendario del emperador Carlomagno; el baile con escobas en el emplazamiento del mercado central para ahuyentar a los fantasmas del invierno; el desfile de muchachos jóvenes disfrazados de mujeres que llevan corsés, cochecitos para niños y paraguas rotos; y la quema ritual de la efigie del Carnaval, acompañada por los gritos de los presentes que quieren que la fiesta se prolongue por espacio de una noche más. Además de los participantes oficiales que desfilan en carros alegóricos escrupulosamente preparados, vienen a sumarse a las festividades grupos extraoficiales que escenifican burlescamente los acontecimientos locales e internacionales del año que acaba de transcurrir. Esta festividad tradicional de 600 años de antigüedad atrae a unos 100.000 espectadores y es una expresión de un esfuerzo colectivo de todas las clases sociales, así como un símbolo de la identidad de la ciudad dentro de la región. Recreada continuamente por las generaciones más jóvenes, la atmósfera jocosa y un tanto subversiva de este carnaval secular constituye una ocasión para exaltar la unidad de la ciudad de Aalst.

El carnaval de Binche – Bélgica Inscrito en 2008  en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (originalmente proclamado en 2003)
La ciudad medieval de Binche está situada al sur de Bruselas, en la provincia belga de Hainaut. Cada año, durante los tres días que preceden la Cuaresma, en esta ciudad de más de 32.000 habitantes se celebra un carnaval en el centro histórico de la ciudad que atrae a un gran número de visitantes extranjeros. El célebre Carnaval de Binche, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, es una de las más antiguas celebraciones de este tipo que sobreviven en Europa.
Durante esos días, reina un ambiente de gozosa efervescencia en la ciudad, donde miles de habitantes se afanan en la confección de suntuosos trajes y participan en los ensayos con los instrumentos de percusión y en los bailes de disfraces. El domingo de Carnaval, que marca el inicio oficial de las festividades, las calles y los cafés de Binche se ven invadidos por muchedumbres disfrazadas que recorren la ciudad. Los Mam’selles, hombres disfrazados con extravagantes atuendos femeninos, son la principal atracción de ese día. El apogeo de la fiesta es el martes de Carnaval, cuando hacen su espectacular aparición los legendarios Gilles. Una vez ataviados en una ceremonia ritual, varios centenares de Gilles ostentando sus trajes rojos, amarillos y negros, sombreros de plumas de avestruz, zuecos de madera, campanillas, máscaras de cera y pequeños anteojos, recorren la ciudad al compás del tambor. Pierrots, arlequines y campesinos siguen los desfiles mezclándose con los festeros y las bandas de música locales de instrumentos de cobre y clarinetes. Los bailarines, exaltados por las melodías tradicionales tocadas por violas y tambores, ejecutan una serie de complicados pasos, y entre ellos el eterno favorito, “el paso de Gille”. El momento culminante de los festejos del día es el baile de los Gilles en la Plaza Mayor, iluminado por fuegos artificiales.
El carnaval de Binche es una genuina fiesta popular famosa por su espontaneidad y por la sustancial colaboración financiera de los participantes. Los habitantes de la ciudad están muy orgullosos de esta celebración y tratan de preservar las técnicas artesanales asociadas a los trajes, accesorios, bailes y músicas tradicionales del Carnaval.

 Cortejos por las casa y máscaras de carnaval en los pueblos de la región de Hlinecko - Chequia inscrito en 2010 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
En la ciudad de Hlinsko y seis aldeas vecinas, situadas al este de Bohemia, en la región de Hlinecko, se organizan una serie de cortejos populares. La celebración de esta costumbre tiene lugar tradicionalmente a finales del invierno, en tiempos de carnaval, esto es, el periodo que precede a la Cuaresma cristiana. Los hombres y muchachos de las aldeas se disfrazan con máscaras que representan personajes tradicionales, y que son de color rojo para los solteros o de color negro para los casados. Así enmascarados, van en cortejo por todas las casas de la vecindad, acompañados por una banda de música. El cortejo se detiene delante de cada hogar y, con el previo asentimiento del jefe de familia, cuatro hombres ejecutan una danza tradicional para propiciar una buena cosecha y augurar una vida próspera a la familia. Luego, a cambio de su actuación, los enmascarados reciben presentes y colectan dinero. Después de la visita del cortejo a la última casa de la localidad, se procede a la “condena a muerte de la yegua”, un ritual simbólico en el que se pronuncia una sentencia contra este animal por sus presuntos pecados, al mismo tiempo que se da lectura a un testamento en el que se abordan humorísticamente temas de actualidad. Tras la “ejecución” de la yegua, los enmascarados la resucitan con alcohol y acto seguido inician una danza con los espectadores presentes. Los cortejos de carnaval –prohibidos en los siglos XVIII y XIX por la Iglesia Católica y por el régimen socialista en el siglo XX– desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la cohesión de las comunidades de aldeanos. Los jóvenes y los niños ayudan a efectuar los preparativos y los padres confeccionan copias de las máscaras tradicionales para sus hijos.

Marcha de los campanilleros de la región de Kastav en el carnaval anual - Croacia Inscrito en 2009 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
En el carnaval de enero, grupos de campanilleros recorren los pueblos diseminados por la región de Kastav, situada al noroeste de Croacia. Vestidos con pieles de cordero y tocados con sombreros característicos adornados con ramitos verdes, los comparsas se pavonean con sus campanillas a la cintura en grupos de dos a treinta, siguiendo los pasos de un guía portador de un arbolito de hoja perenne. Animan su marcha moviendo rítmicamente las caderas unos contra otros y dando brincos al aire. Los grupos comprenden a veces personajes bufos, como un “oso” travieso que burla sistemáticamente la vigilancia de sus dos “guardianes”. Cuando llegan a un pueblo, los comparsas se agrupan en círculos concéntricos en la plaza de éste, tocando sus campanillas hasta que los vecinos les dan comida y albergue antes de seguir su periplo. Al final del carnaval, los campanilleros retornan a sus pueblos respectivos y recogen las basuras de todas las casas, quemándolas delante de ellas. Todos los presentes asisten a este ritual. La fiesta de los campanilleros del carnaval anual, que presenta variantes características en cada pueblo, contribuye al estrechamiento de los vínculos de las comunidades y es un excelente medio para renovar los lazos amistosos entre los pueblos de la región e integrar a los recién llegados en la cultura tradicional de ésta.

El carnaval de Granville – Francia Inscrito en 2016 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
La fiesta carnavalesca de Granville,a la que acuden los habitantes de esta localidad normanda y de municipios vecinos, dura cuatro días y finaliza el mismo Martes de Carnaval. Los festejos comienzan con la entrega de las llaves de la ciudad a la efigie en cartón piedra del Rey del Carnaval y comprenden desfiles de carrozas acompañados por bandas de música. Unos 2.500 “carnavaleros” preparan durante seis meses unas cuarenta carrozas y diversas efigies que se burlan humorísticamente de acontecimientos de actualidad o critican a políticos y personajes famosos. Cada “carnavalero” es miembro de un comité que representa a un barrio de la localidad, o a un grupo de amigos, colegas de trabajo o familias. Los servicios de la administración municipal también fabrican algunas carrozas y participan en la logística de los festejos. También se organizan bailes populares para los diferentes grupos de edad y una batalla de confetis en la plaza del ayuntamiento. La fiesta finaliza con una “noche de intrigas” en la que los participantes disfrazados bromean o ajustan cuentas con sus amigos y allegados, con toda impunidad. Por último, se somete a juicio al Rey del Carnaval y se quema su efigie en el puerto marítimo. Este carnaval de Granville, al que acuden unas 100.000 personas cada año, contribuye a la cohesión de los habitantes de la ciudad, confiriéndoles un sentimiento de pertenencia a su comunidad. Los conocimientos y prácticas vinculados a esta fiesta se transmiten en el seno de las familias y los comités “carnavaleros”.

Fiesta de los busós de Mohács: carnaval enmascarado tradicional del final de invierno Hungría Inscrito en 2009 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Las fiestas de carnaval de los busós de Mohács, una ciudad situada al sur de Hungría, tienen lugar a finales de febrero para celebrar el fin del invierno. Reciben su nombre de los busós, personajes con disfraces pavorosos –hombres por regla general– que llevan máscaras de madera y grandes mantos de lana. Las festividades carnavalescas son muy variadas: concurso de disfraces infantiles; exposición de obras de los talladores de máscaras y otros artesanos; desembarco de 500 busós llegados en barcas por el Danubio; desfile de éstos en las calles de la ciudad, acompañados por coches de caballos y automóviles engalanados extravagantemente; quema del ataúd que simboliza el invierno en una fogata encendida en la plaza mayor; y celebración de festines y conciertos musicales en toda la ciudad. En sus inicios, este carnaval era una fiesta tradicional de la minoría croata de Mohács, pero hoy se ha convertido en un emblema de toda la ciudad y en una conmemoración de los grandes acontecimientos de su pasado. El carnaval es algo más que un evento social, es una expresión de la pertenencia a la ciudad, a un grupo social y a la nación. Desempeña un papel importante porque ofrece a todos la posibilidad de expresarse en el seno de la comunidad. Las expresiones artísticas inherentes al carnaval –talla de máscaras y ritos– son preservadas por grupos autónomos de busós de todos los medios culturales y muchos de ellos las transmiten a las generaciones más jóvenes.

Carnavak de Basilea- Inscrito en 2017 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
El carnaval de Basilea, que empieza el lunes siguiente al Miércoles de Ceniza y dura exactamente 72 horas, es el más importante de Suiza. El lunes y el miércoles tienen lugar dos cortejos en los que desfilan, al son de bandas de pífanos y tambores, unas 11.000 personas disfrazadas y agrupadas en comparsas acompañadas por carrozas y calesas. El martes, día dedicado a los niños, se celebran conciertos y exposiciones de farolillos, al mismo tiempo que otros eventos festivos. El carnaval se asemeja a una revista satírica gigante en la que se recurre a todo tipo de medios visuales y retóricos para burlarse de vicios y desatinos. En la preparación de esta fiesta, que atrae a 220.000 visitantes suizos y extranjeros aproximadamente, participan activamente unas 20.000 personas de todos los orígenes, edades, clases sociales y convicciones políticas. Los practicantes y depositarios de este elemento del patrimonio cultural han creado asociaciones de distintos tipos, formadas por hombres y mujeres en pie de igualdad. El carnaval fortalece la cohesión social, promueve la tolerancia por medio de la crítica social y contribuye a la salvaguardia del dialecto local. La transmisión de esta práctica cultural se efectúa de manera informal en el seno de las familias que participan en ella desde varias generaciones atrás. Las comparsas también desempeñan un papel importante a este respecto y algunas de ellas cuentan con secciones dedicadas a preparar el relevo generacional. Algunos festejos previos al carnaval también facilitan la transmisión de este elemento fuera de su época de celebración. En los últimos decenios, la salvaguardia del carnaval ha sido posible gracias a las medidas adoptadas por las comunidades para preservarlo, así como al continuo apoyo de las autoridades.

CARNAVALES DE AMÉRICA
Frevo: arte del espectáculo del carnaval de Recife – Brasil .Inscrito en 2012 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
El frevo es una expresión artística musical y bailada que se practica principalmente durante el carnaval de de Recife. El ritmo rápido, frenético y potente de su música, ejecutada por bandas de música militares y charangas, se basa en la fusión de géneros como la marcha, el tango brasileño, la contradanza, la polka y piezas de música clásica. La música es esencialmente urbana y al igual que el passo –la danza que la acompaña– es también dinámica y subversiva. La danza tiene sus orígenes en la destreza y agilidad de los luchadores de capoeira, que improvisan sus brincos al son electrizante de las orquestas y bandas de instrumentos de metal. Los que practican el frevo y el passo son miembros de asociaciones que participan en los desfiles del carnaval. En las sedes de estas asociaciones se ofrece apoyo para preservar, transmitir y desarrollar las competencias y conocimientos relacionados con el frevo. Este elemento del patrimonio cultural también está estrechamente vinculado a las creencias y al universo simbólico de la religión de quienes lo practican. Varias asociaciones adoptan como distintivos colores que guardan relación con la fe religiosa de sus miembros y algunos de los ornamentos utilizados tienen también un significado religioso. El frevo es fruto de la creatividad y riqueza cultural generadas por una combinación excepcional de la música, el baile, la capoeira, la artesanía y otros elementos que ponen de manifiesto el ingenio y la capacidad de creación de quienes lo practican. Esa capacidad para fomentar la creatividad humana y el respeto de la diversidad cultural son inherentes al frevo.

El carnaval de Oruro – Bolivia Inscrito en 2008 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (originalmente proclamado en 2001)
Oruro, situado a una altitud de 3.700 m en las montañas del oeste de Bolivia, era un importante centro de ceremonias precolombino antes de convertirse en un importante centro minero en los siglos XIX y XX. La ciudad fue refundada por los españoles en 1606 y siguió siendo un lugar sagrado para el pueblo uru, al que venían desde muy lejos para cumplir con los ritos, especialmente la gran fiesta de Ito. Los españoles prohibieron esas ceremonias en el siglo XVII, pero éstas continúan bajo la fachada de la liturgia cristiana: los dioses andinos se ocultaban tras los iconos cristianos, convirtiéndose así en santos. La fiesta de Ito fue transformada en ritual cristiano: la Candelaria (el 2 de febrero), y la tradicional “lama lama” o “diablada” se convirtió en el baile principal de Oruro.
Todos los años, durante seis días, ese carnaval da lugar el despliegue de toda una gama de artes populares en forma de máscaras, tejidos y bordados. El principal acontecimiento es la procesión (“entrada”), durante la cual los bailarines recorren durante veinte horas, sin interrupción, los cuatro kilómetros de la procesión. Más de 28.000 bailarines y 10.000 músicos repartidos en unos cincuenta grupos participan en el desfile, que ha sabido conservar las características tomadas a los misterios medievales.
El declive de las actividades mineras y agrícolas tradicionales amenaza a la población de Oruro, así como la desertización del altiplano andino, que provoca una emigración masiva. La urbanización ha producido un fenómeno de aculturación, abriendo una brecha creciente entre las generaciones. Otro peligro es la explotación financiera incontrolada del carnaval.

 El carnaval de Barranquilla - Colombia  Inscrito en 2008  en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (originalmente proclamado en 2003) Cada año, durante los cuatro días que preceden la Cuaresma, el Carnaval de Barranquilla presenta un repertorio de danzas y expresiones culturales de las distintas culturas colombianas. Por su situación geográfica en la costa del Caribe y por su auge económico durante el periodo colonial, la ciudad de Barranquilla se ha transformado en uno de los primeros centros de comercio del país y en un lugar de convergencia de los pueblos y culturas amerindias, europeas y africanas.
Este mestizaje de diversas tradiciones locales trasparece en numerosos aspectos del carnaval, y en particular en los bailes (como el mico y las micas originario de las Américas, el congo africano y el paloteo, de origen español), los géneros musicales (principalmente la cumbia, pero también otras variantes como la puya y el porro), y los instrumentos populares (tambora y alegre, maracas, claves…). La música del carnaval suele ser interpretada por conjuntos de tambores o de instrumentos de viento. La cultura material de los objetos artesanales se expresa profusamente mediante carrozas, trajes, sombreros adornados y máscaras de animales. Grupos de bailarines con máscaras, actores, cantantes e instrumentistas deleitan a las multitudes con sus representaciones teatrales y musicales inspiradas tanto en los acontecimientos históricos como en la actualidad. La vida política contemporánea y sus personalidades son objeto de mofa en los discursos y canciones satíricas que dan un carácter burlesco al carnaval.
Gracias al creciente éxito que obtuvo en el siglo XX, el Carnaval de Barranquilla se ha transformado en una manifestación profesional que es objeto de una amplia cobertura mediática. Aunque esta evolución genera beneficios económicos a muchas familias de bajos ingresos, la creciente comercialización constituye una amenaza potencial para la supervivencia de numerosas expresiones tradicionales.
 
 El carnaval de Negros y Blancos – Colombia.Inscrito en 2009 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Surgido de tradiciones nativas andinas e hispánicas, el Carnaval de Negros y Blancos es un gran acontecimiento festivo que tiene lugar todos los años, desde el 28 de diciembre hasta el 6 de enero, en San Juan de Pasto, al sudoeste de Colombia. El primer día de las festividades se celebra el Carnaval del Agua, durante el cual se rocían calles y casas para crear una atmósfera lúdica. El 31 de diciembre tiene lugar el Desfile de Años Viejos, en el que los comparsas recorren las calles con monigotes satíricos que representan a personalidades y eventos de actualidad. Esta jornada finaliza con una cremación ritual del Año Viejo. Los dos últimos días del carnaval son los más importantes, cuando todos los participantes, sea cual sea su etnia, se maquillan de negro el primer día y de talco blanco el segundo para simbolizar así la igualdad y unir a todos los ciudadanos en una celebración común de la diferencia étnica y cultural. El Carnaval de Blancos y Negros es un periodo de convivencia intensa, en el que los hogares se convierten en talleres colectivos para la presentación y transmisión de las artes carnavalescas y en el que personas de todas clases se encuentran para expresar sus visiones de la vida. Esta fiesta reviste especial importancia como expresión del mutuo deseo de que el futuro esté presidido por un espíritu de tolerancia y respeto.

 El Carnaval de El Callao - Venezuela Inscrito en 2016 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
El carnaval de El Callao es una práctica cultural de las comunidades de esta ciudad de la República Bolivariana de Venezuela, que guarda relación con los festejos de emancipación llamados “Cannes Brulées” que tienen lugar en las Antillas de habla francesa. Desde enero a marzo, esta festividad tradicional agrupa hasta unos 3.000 participantes que desfilan por las calles de la localidad disfrazados de personajes históricos o imaginarios al ritmo del calipso y otras músicas y danzas. Los desfiles son conducidos por mujeres que danzan engalanadas con vestidos variopintos. Son las llamadas “madamas”, matronas antillanas que se consideran auténticos pilares de la identidad callaoense por ser consideradas portadoras y comunicadoras de los valores culturales de la comunidad. Otros personajes del carnaval son: los “mediopintos”, jóvenes que divierten al público embadurnando con hollín a los que se niegan a contribuir con un óbolo; los “mineros”; y los “diablos”, personajes enmascarados que bailan blandiendo un látigo para mantener el orden. También participan en la festividad niños y adultos con otros disfraces. Este carnaval pone de relieve la historia de los habitantes de la ciudad y su diversidad al exaltar el legado cultural afroantillano y las influencias de otras comunidades, fortalece la identidad de los callaoenses, propicia la unidad entre ellos e incita a las generaciones más jóvenes a descubrir su patrimonio cultural. La transmisión de esta práctica cultural entre las generaciones se efectúa esencialmente en el seno de las familias y en escuelas dirigidas por depositarios de las tradiciones, en las que los niños adquieren las competencias necesarias para participar en el carnaval, componiendo melodías, tocando instrumentos musicales, cantando, bailando y fabricando máscaras.



Fuente: Unesco

No hay comentarios:

Publicar un comentario