Una leyenda sobre el hilo rojo cuenta
que un anciano, que vive en la luna, sale cada noche y busca entre las almas
aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra
las ata con un hilo rojo para que no se pierdan. Algunas
versiones dicen que era el padre de la luna.
Esta leyenda a su vez dio origen otras tantas, en donde coinciden en que la negación o
la desconfianza ante el posible amor, no impedirán que las almas gemelas tarde o temprano se
encuentren.
Una de las creencias
más populares en varios países asiáticos es aquella que dice que las personas
predestinadas a conocerse se encuentran unidas por
un hilo rojo atado al dedo meñique. Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, un
emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja
muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y
la mandó traer ante su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó
que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara
ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir
y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre
campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta
donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de
pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo»,
pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la
bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la
hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó
a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.
Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente.
Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente.
«Un hilo rojo
invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar
tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca
romper».
FUENTE: wikipedia, Facebook CENTRO CULTURAL CHINO ARGENTINA
No hay comentarios:
Publicar un comentario