miércoles, 12 de junio de 2013

EL MUNDO EN UN GRANO DE ARROZ



                El arroz es el grano más consumido en el mundo. De origen oriental y comercialización mundial, es el  ingrediente estrella de numerosas civilizaciones como la hindú, la china, la italiana, la española, la caribeña... Todas tienen en común un pasado colonial y capitalista, debido a la necesidad de las grandes naciones europeas de encontrar nuevas rutas de comercio que les provean principalmente de materia prima… además de otro tipo de riquezas.

               Existen distintas clases dependiendo de las características de la planta y del proceso que lleva el grano hasta su posterior consumo (arroz negro, basmati, yamani, integral, salvaje, carnaroli, carolina, largo, corto, parboiled, etc...)

             Pero más allá de la botánica lo que me llamó la atención es el origen divino que le dan todas las culturas. Existen muchas leyendas sobre la creación del arroz y la que más me gusto es un relato hindú que habla de que el Dios Siva creó una bella mujer de la que se enamoró. Ella le puso como condición para casarse recibir un alimento que jamás le llegara a aburrir. Siva no logró encontrarlo, y la doncella murió de tristeza. Cuarenta días después, de su tumba brotó una planta desconocida que Siva reconoció como el alimento que su amada deseaba. Él recogió sus granos y los distribuyó por todo su reino.

            No solo  desde su origen llena nuestra panza,  sino también nuestro corazón compartiendo una buena mesa en familia o con amigos alrededor de un rico risotto italiano, una paella española o nuestro simple guisito de arroz.

Les dejo una receta de risotto para que disfruten:

Ingredientes

  • Cebolla picada fina 1/2
  • Aceite de oliva 2 cdas
  • Arroz arbóreo 350 g
  • Vino blanco 1/2 vaso
  • Caldo 1 l
  • Sal y pimienta c/n
  • Manteca 50 g
  • Queso parmesano rallado fino 150 g

Procedimiento

Calentar una sartén y cocinar la cebolla picada con el aceite de oliva. Una vez que esté transparente, agregar el arroz arborio y nacarar.
Desglasar con el vino blanco.
Revolver y, una vez que haya evaporado el vino, agregar el caldo hasta cubrir el arroz. Repetir este paso cada vez que se evapore el caldo. Salpimentar.
Una vez que el arroz esté al dente, agregar la manteca y el queso rallado, revolviendo enérgicamente.
Servir.

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