domingo, 7 de agosto de 2016

GUISO ARGENTINO


SUS ORÍGENES 
Los guisos aparecen en todas las cocinas del mundo. Es la misma a través de los siglos y continentes, quizás cambian las materias primas, los utensilios o la tecnología pero todos reconocemos su sabor único e inigualable, que queda en nuestros recuerdos familiares.
Un guiso es un estofado "de pobres", cuya cocción se realiza en un recipiente cubierto para que el líquido no se evapore y así poder "engordar" el caldo sobrante para alargar  la olla y engañar la panza. Pero lo interesante es que cada región de cada país tiene su propio guiso y siempre, indefectiblemente, se trata de una comida de pobres, hecha de modo un poco informal con los ingredientes que se encuentran a mano y no posee ninguna limitación en lo que respecta a su composición .Existen guisados en todo tipo como la buseca, el frangollo, el guisado, el guiso a la criolla, el locro, el mondongo, el osobuco, el puchero, etcétera. Aunque el guiso produce una especie de salsa con su caldo, es también frecuente añadir salsas para enriquecelos.

Uno de los primeros libros de la cocina española se titula "El libro de los guisados" , escrito en 1525 por el cocinero de la Corte Ruperto de Nola. El libro procede de una versión más antigua titulada en lengua romance "Llibre de Coch", y en él se detallan numerosas preparaciones culinarias de la época; siendo una fuente histórica de gran valor acerca de cómo se cocinaba en el siglo XV en la zona mediterránea.
La palabra se empleaba en el castellano de comienzos del siglo XVIII como tipo de cocción por aparecer en el Diccionario de autoridades(publicado entre los años 1726 y 1739):La vianda compuesta y aderezada con caldo, especias y otras cosas, a diferencia del asado o el frito. El mismo diccionario pone como metáfora de ordenar y componer una cosa. En esta época, a la persona que cocinaba se la denominaba guisandero

Algunos de los guisos más comunes tienen como base cereales (arroz, maíz) , vegetales (papas, batatas, mandioca) legumbres (lentejas, arvejas o guisantes, porotos o alubias), fideos guiseros como los mostacholes, los farfalle - o "moñitos"-, "tirabuzones") y verduras como el repollo, la coliflor o la espinaca. Se pueden emplear carnes diversas, como pueden ser cordero, cerdo, vacuno, pollo, etc. En algunas ocasiones, los productos cárnicos pueden haber sufrido previamente algún proceso de conservación como ahumado ,secado, vinagreta o puestos en salmuera.  

Pero el artículo infaltable es sin duda la olla. No puede determinarse el momento de su aparición, en la historia del hombre, fundamental en la cocina. Es posible que haya nacido con la alfarería en el neolítico, cuando, se empezaron a cocinar por accidente los alimentos y así nacieron, las primitivas sopas y también los guisos. Porque si de algo no hay lugar a dudas es de que ollas y guisos vienen de la mano, desde tiempos inmemorables.

Pero todo este prologo, es para presentar el plato que nunca falta en la mesa de los argentinos, sin importa su condición social… lo que realmente nos interesa no es cualquier guiso, es nuestro "guiso carrero". A nadie se le escapará que lo de "carrero" tiene que ver con los carros y las carretas o, mejor, con sobre quienes los conducían.
Sabido es que desde la época de la colonia, las carretas fueron los únicos medios de transporte de mercancías a través de las desoladas llanuras pampeanas. Y con ellas era muy importante la cantidad de viajeros y hombres que estibaban o custodiaban los convoyes. En algún momento del día, la tropa hacía un alto para comer y descansar tanto hombres y como bestias.
En las carretas se contaba, para ese trance, con "la morocha" una olla rústica y negra con tres patas que se llevaba colgada en la parte de atrás.
Históricamente, el guiso "carrero" fue un plato en todo sentido popular,  ya que los viajeros aportaban algo de lo que llevaba, no importaba que, con tal que se pudiera agrandar la olla y contentar el estómago de todos, ya sea con trozos de charqui, algunas legumbres y verduras .

Llegada la hora  al costado del camino polvoriento, se calentaba la morocha de hierro sobre las llamas de los leños de forma directa. Como era dificultoso y llevaba tanto tiempo su elaboración, siempre se cocinaba "pa´ que suebre", en e el caso de alguna que otra parada. Pero como había de llevarse el sobrante en la olla colgada de la carreta y, lógicamente, sacudiéndose, era importante que "el carrero" no saliera "caldudo" sino espeso, como "pa´ parar la cuchara y que quede tiesa", a fin de evitar los desparramo.

Y así llega a nuestros días…la receta que les paso a continuación es la que hace mi mamá y le encantaba a mi papá, con la diferencia de que en casa, se lo llamaba “troteado”, porque recuerda al trote de los caballos. También se lo llama así a alguien o algo que esta muy maltrecho. Como en casa no se tira nada, las cantidades y los ingredientes de la receta pueden variar aprovechando todo lo que tenemos en la heladera y en la alacena.

“Troteado”
 Ingredientes para 4 comensales
*1 paquete de fideos moñitos
*medio kilo de carne picada a cuchillo, la que tengan en la heladera
*1 Cebolla grande picado como les guste
*un morrón rojo chico y uno verde picado “a gusto e piaccere”
*1 zanahoria
*1 o 2 tomates cubeteados (en su defecto de lata)
* 1 cubito de verdura o el que tengan en casa
*agua cantidad necesaria, si es caldo casero mejor
* pimienta, provenzal, ají molido, orégano, laurel

Preparación
Se hierven los fideos. Mientas se rehogan el morrón, la zanahoria y la cebolla cuando ya estén tiernas se le agregan los trocitos de carne, se le agrega el tomate y luego el cubito de verdura con agua caliente que se puede reemplazar con un caldo casero.  Cuando la carne este todavía jugosa, le agregan especias y luego los fideos que estén apenitas duros, así se termina de coser en el propio líquido del guiso.

Este plato es ideal para esos días de lluvia o muy tarde a la noche que nos damos cuenta que nos faltan cosas y no podemos o no tenemos ganas de salir.

¡Que lo disfruten!

Notas Obra de Arte Argentino del Siglo XIX realizadas por el pintor francés de origen brasileño , Juan León Pallière , quien se radicó en Buenos Aires en 1855. Sus obras se caracterizan por mostrar imágenes costumbristas del campo argentino, por el cual viajó en los años que estuvo en nuestro país.

FUENTE: Diario Día a Día; Diario La Nación;Wikipedia; 
www.rescatando-mi-cultura-guaran.blogspot.com/2010/04/guiso-carrero.html

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