En una anterior entrega, hablamos de lo lindo que es recibir o enviar una carta a la antigua usanza. En esta ocasión este gran escritor pone en duda esta forma de comunicación.
Carta de Franz Kafka a Milena Jesenská
En esta carta, Kafka trata subjetivamente de dar su parecer con respecto al significado subliminal que le imprimimos al escribir a un ser querido . A pesar de la cruel distancia que impide el contacto físico, es quizás la única herramienta de demostración de nuestros sentimientos hacia el otro .
Para él, las cartas no son suficiente consuelo y engañamos la realidad de la separación. Aunque existe la tecnología que nos acerca , no puede reemplazar un simple beso o abrazo ,por mas que lo transformemos en algo virtual..." los fantasmas" ,tarde o temprano, nos terminan alejando .

Brevísima biografía para entender su realidad. Franz Kafka (Praga, Austria-Hungría, 3 de julio de 1883 – Kierling, Austria, 3 de junio de 1924) fue un escritor praguense de origen judío que escribió su obra en alemán. Su obra está considerada como una de las más influyentes de la literatura universal[5] [6] y está llena de temas y arquetipos sobre la alienación, la brutalidad física y psicológica, los conflictos entre padres e hijos, personajes en aventuras terroríficas, laberintos de burocracia, y transformaciones místicas.
Despreciado por su padre y enfermo de tuberculosis paso gran parte de su vida internado en varios sanatorios. En Meran en la primavera de 1922 consolidó por vía epistolar su relación con la escritora, traductora y periodista checa Milena Jesenskà, casada, a quien había conocido a principios de 1920 y terminó en 1923.
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